"¿Creer o no creer?"
No me refiero,en ningún momento, a cristianismo o islam, ya que se puede creer y no tener por qué ser cristiano o musulmán. Es como, si hablaras de fútbol y tuvieras que hablar de Madrid y Barça. Bien es cierto que son las que más masas de personas mueven, pero no son las únicas.
Al vivir en un mundo donde hay libertad, o eso dicen, no creo que importara que dijese cuál sería mi respuesta a la pregunta anterior, aunque no lo voy a hacer, puesto que convertiría la objetividad en subjetividad. En mi opinión, no pienso que creer en algo, que no puedes percibir con tus sentidos, te vaya a ayudar a se mejor persona o a vivir una vida mejor.
"¿Rezar sirve de algo?"
"¿Rezar sirve de algo?"
Unicef denuncia que 19.000 niños mueren al día por causas evitables. Vía: El País |
Desde mi punto de vista, prefiero que haya diez personas ayudando a otras que lo necesitan que diez personas rezando porque algo se solucione. No quiero que parezca demagogo, pero qué preferiría un pobre, una persona que le hablara de un Dios al que debe rezar para vivir mejor o una persona que le dé un trozo de pan.
"Religiones, ¿culpables o víctimas de todo?"
Realmente, ni culpables, ni víctimas de todo. Pero si bien es cierto, que en gran parte de los conflictos bélicos que se han producido a lo largo de la historia, las religiones han jugado un papel fundamental dentro de ellas, para bien o para mal. Si tuviera que resumir en una sola palabra una de las mayores guerras que ha sufrido la humanidad, como es la Segunda Guerra Mundial, sería: "religión". Como bien dije antes, nunca ha sido la culpable de todo pero en este conflicto, creo que el porcentaje de culpabilidad es bien alto. Es por ello que me pregunto, si las religiones no hubieran existido, ¿hubiera habido tantas guerras?
Para acabar, sólo decir que no hay que tener miedo a expresar tu ideología. Debemos de suprimir de nuestra sociedad esa serie de tabúes que nos obligan a no tratan y dar respuesta a ciertos dilemas sociales.
"Creas o no, dilo."
SOBRE EL AUTOR
Este mundo de hoy va demasiado deprisa: quieren conocerme cuando no lo he hecho ni yo todavía.
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