"¿A qué temo?"
Realmente, me contradigo al formularme esta cuestión, ya que soy de las personas que cree que no debemos tenerle miedo a nada. No lo digo por decir, pienso que temer a algo es no tener la valentía o el valor de demostrar cómo eres, es decir, de ser tú mismo. Aunque, para mi desgracia, le temo a muchas cosas, incluso o personas o grupos de personas, las cuales no soy quién para nombrar aquí.
Temo a no saber decir NO. No sé si se debe a un defecto impregnado en mi carácter o a la adolescencia por la que me toca pasar, la cual consigue que me deje influir muy fácilmente. Pero sí bien es cierto que me cuesta negarme a hacer algo, ya que me pongo en el lugar del otro y no me gustaría que a mí me dijeran NO.
Temo al éxito y al fracaso. Son polos opuestos pero dicen que los polos opuestos se atraen, y así es. Tal vez, temer al fracaso puede parecer relativamente normal, ya que todo el mundo en algún momento de su vida le ha temido a él. Sin embargo, en el caso del éxito es diferente, no todos le temen, y aquellos que consiguen hacerle frente son los que realmente alcanzan el éxito. En mi caso, le temo al éxito porque creo que tener todo aquello que me he propuesto haría de mi vida una vida sin sentido.
Temo a decepcionar a los que me rodean. Este temor puede llegar a parecer un tanto exacerbado pero, en este caso sí que creo que es debido a mi carácter. El cual me provoca que me afecte todo aquello que me rodea, aunque muchas veces no sea capaz de exteriorizarlo. Me arrepiento de no decirle algo a alguien en el momento que debiera, porque cuando encuentro la palabra o frase perfecta me doy cuenta que ya voy tarde, y que ya no servirá de nada.
Temo, por último, a lo desconocido. A no saber qué ocurrirá mañana o en un futuro no muy lejano en el que tenga que sobrevivir solo en este mundo. Dicho temor se acaba cuando convertimos lo desconocido en conocido, aunque para ello, hemos de enfrentarnos a lo desconocido y el temor que nos provoca.
Puede que no sean de la incumbencia de nadie mis temores pero creo que la mejor manera para acabar con dichos temores es reconocerlos, y esta ha sido mi manera.
SOBRE EL AUTOR
Este mundo de hoy va demasiado deprisa: quieren conocerme cuando no lo he hecho ni yo todavía.
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